viernes, 27 de julio de 2012

Querido amigo:


Volví a mi hogar en Barcood, me refiero al lugar donde había nacido, que de hogar tenía ya poco, yo no pertenecía  más a allí.

Irme me había cambiado y sólo me unían a esa ciudad los lazos sentimentales, familiares y quizás alguna que otra amistad que se había ido desgastando con el tiempo, en definitiva, retazos de una vida anterior que ya no parecía la mía.

Aquella época la pasé sintiéndome rara y deseando volver, todo me parecía irreal, sin importancia, la gente, las calles, las reuniones, las risas… ¿qué más daban si luego regresaría a Ávelis con la gente que entonces apreciaba y me importaban? Así estuve durante años, yendo y viniendo, unas veces era más duro, otras veces menos, siempre me decía que no volvería, pero constantemente me traicionaba, no sé si por remordimiento o por nostalgia de mis años de infancia, pero yo siempre regresaba  y luego me compadecía…maldita rutina que al final conseguí dejar atrás.

A día de hoy te digo que mi vida es un conjunto de todo. Es verdad que veo menos a los barcoodnenses, mucho menos, pero nunca falta ese momento de decir “hago la maleta y me voy a hacerles una visita”. Y sí, esto es lo que tenía vivir en dos sitios a la vez y tener que elegir entre uno de ellos. Si te soy sincera, creo que siempre me sentiré mal por haberme decantado tan decididamente por el segundo, pero ¿qué quieres que te diga? Hice lo que dictaba el corazón.

Fmd:  
                                                                                                        Tu más querida amiga.                                                                                

No hay comentarios:

Publicar un comentario